Noticias de la Galaxia: Venerando a los Thargoides
16 de Junio de 3304
Una religión marginal que adora a los Thargoides ha pasado a ocupar el centro de atención en un nuevo artículo académico.
El autor, el Dr. Alfred Ulyanov, es un destacado experto en exoteología. Resumió su trabajo para los medios de comunicación:
“En un informe reciente de Gethin Okonkwo se destacaba la aparición de cultos de fatalistas en respuesta al regreso de los Thargoides. Pero pocos son tan extraños como mi objeto de estudio actual – una organización que considera a los Thargoides no sólo extraños, sino divinos.”
“Esta misteriosa secta no tiene un nombre formal. El principio central de su fe es que los Thargoides que hemos encontrado hasta ahora son mensajeros – ángeles oscuros enviados para prepararnos para la presencia sagrada verdadera, que pronto entrarán en nuestro plano de existencia desde otro universo. Se refieren a esto como el Dios lejano”.
“Como muchas estructuras de creencias monoteístas, este culto considera que el Dios lejano es incognoscible y omnipotente, pero también apocalíptico. Sólo los verdaderos creyentes como ellos sobrevivirán a su manifestación”.
“Visitar una de las colmenas-capillas del culto es una experiencia inquietante. Aparte de unas pocas luces verdes intermitentes, son muy oscuras, y la mayoría de las superficies están cubiertas de una sustancia negra parecida al coral. Las oraciones de la congregación están dirigidas hacia un altar que se asemeja a la forma de estrella de mar de las naves Thargoides, casi como un crucifijo octogonal. Es imposible ignorar que todo el lugar apesta a amoniaco”.
“Los miembros de la secta tienden a usar simples túnicas con capucha sin marcas. Son intensos y decididos, pero muchos no parecen saludables. Parece que este estilo de vida atrae a los que están al borde de la sociedad, cuya baja autoestima los hace vulnerables a creencias que erosionan su identidad”.
“Como exoteólogo, estoy fascinado por el impacto sociológico de las influencias no humanas. Pero incluso para un científico, es difícil no sentir lástima, y tal vez un poco de repulsión, por aquellos que se identifican más con una especie hostil que con su propia gente”.