Los activistas culpan a los dirigentes de la Guerra Thargoide
3309-02-07T00:00:00.000Z
Los antiautoritaristas responsabilizan a los gobiernos de la hostilidad de los Thargoides y han organizado protestas en la Alianza, el Imperio y la Federación.
Conrad Sterling, corresponsal político de Vox Galactica, ha publicado un reportaje especial:
«El movimiento por la xenopaz, que inicialmente defendía las relaciones diplomáticas con los Thargoides, perdió impulso tras la llegada de las vorágines. Sin embargo, algunos de sus antiguos miembros culpan a los líderes de la Alianza, la Federación y el Imperio de haber permitido que las hostilidades aumenten, tal vez en beneficio de los acuerdos armamentísticos corporativos.
Timothy Culver, exportavoz del Proyecto de Defensa Thargoide, considera que el conflicto siempre formó parte de la política de las superpotencias. “Sabían que la Proteus Wave desencadenaría una reacción agresiva por parte de los Thargoides”, afirma con rotundidad, pero sin aportar ninguna prueba. “En tiempos de guerra, los accionistas del complejo militar/industrial siempre hacen fortuna. La sangre de miles de millones de personas ensucia sus codiciosas manos”.
La descoordinada oleada de activismo que ha barrido los sistemas centrales ha dado paso a demandas civiles, manifestaciones y enfrentamientos ocasionales con el personal de seguridad. Algunos activistas han intentado entrar en edificios administrativos y en los hogares de los políticos, donde dicen que podrían encontrar pruebas de esta conspiración.
Durante las últimas semanas, algunas personalidades que defienden la xenopaz, como la locutora de ICE, Joy Senne, se han distanciado de estos incidentes y del movimiento PDT en general. Por su parte, el congresista Dalton Chase no ha realizado nuevas declaraciones sobre la tragedia de la Kingfisher y su portavoz alega que “está centrado en otros proyectos”. El único que sigue hablando del tema es Heimar Borichev, de The Sovereign, que recientemente ha afirmado que “la corrupción institucional requiere soluciones radicales”.
La Interpol de la Alianza y el Servicio Imperial de Seguridad Interna afirman que los desórdenes públicos están bajo control. Por su parte, el Departamento de Detección Preventiva ha empezado a identificar y “amonestar de forma preventiva” a los ciudadanos federales que apoyan los movimientos antiautoritaristas. Sin embargo, las bajas causadas por la Guerra Thargoide siguen aumentando, de modo que resulta poco plausible que las exigencias de responsabilidad vayan a silenciarse».