Fin del camino para Damon Clarke
Cuando la organización disidente conocida como Emperor’s Dawn llamó por primera vez la atención de los medios, numerosos imperiales de prestigio fueron relacionados con el grupo. Uno de ellos fue Damon Clarke, un prominente magnate industrial y miembro del círculo de confianza de la princesa Aisling. Según un informe publicado por el Imperial Herald, una de las compañías de Clarke presuntamente habría vendido armas a Emperor’s Dawn, y dicha revelación sumergió a Clarke en el escándalo.
El prominente patrón negó cualquier conocimiento de la transacción, pero sus declaraciones de inocencia no se sostuvieron cuando abandonó el espacio imperial. Desde ese momento, no había sido revelada ninguna información relacionada con el paradero de Clarke.
Pero ahora, un anónimo que afirma ser cercano al Servicio Interno de Seguridad Imperial ha compartido novedades sobre el final de Clarke. A continuación hemos transcrito una parte del mensaje anónimo:
“Como sabéis, Clarke abandonó el espacio imperial al descubierta su conexión con Emperor’s Dawn. Pero no llegó lejos. El Servicio Interno de Seguridad Imperial lo atrapó en
“Clarke esperaba una sentencia de muerte, pero el Servicio Interno de Seguridad Imperial le ofreció una alternativa: revelar sus contactos en Emperor’s Dawn a cambio de una sentencia más indulgente. Clarke aprovechó la oferta y reveló lo que sabía. Su información le ganó una sentencia reducida: arresto domiciliario en su casa del Capitolio. Incluso conserva su coche. Un trato bastante bueno”.
“El tiempo fue pasando y el Imperio acabó acorralando a Emperor’s Dawn. No obstante algunos de los antiguos contactos de Clarke sobrevivieron, y no estaban demasiado contentos viendo a Damon irse de rositas tras haberles vendido. Con el Servicio Interno de Seguridad Imperial custodiando la casa de Clarke no les fue fácil pillarlo, pero finalmente lo han conseguido. Envenenaron su comida, deduzco. Desagradable manera de morir”.
El Servicio Interno de Seguridad Imperial ha rechazado declarar.
