Destino: la humanidad

*ALERTA de la Federación de Pilotos*
Se ha confirmado que las misteriosas anomalías conocidas como fuentes de señales solitarias están convergiendo en los sistemas centrales.
El profesor Yaro Kenyatta, un académico muy versado en los campos de la astronomía, ha estado colaborando con el profesor Ishmael Palin y Ram Tah para analizar estos objetos inexplicables y ha publicado un resumen de su trabajo en la revista científica The Empirical:
«El primero de estos objetos distantes se detectó el 31 de agosto de 3308, pero, desde entonces, se han identificado muchos más. Pronto quedó claro que viajaban por el espacio interestelar a velocidad superluz. Hemos mejorado el escaneo completo del sistema (ECS) para permitir que un mayor número de pilotos pueda detectar sus emisiones electromagnéticas.
Los datos sobre estos fenómenos han sido analizados por muchas organizaciones respetadas, como Cannon Interestellar Research Group, Orion University y Universal Cartographics. Todas ellas coinciden en que las fuentes de señales solitarias se están aproximando a los sistemas centrales, donde reside la mayor parte de la población humana».
«Sin embargo, no podemos determinar con certeza cuándo y dónde llegarán». Parece poco probable que se trate de cuerpos estelares de origen natural. Que converjan en nuestra pequeña región de la galaxia ocho anomalías distintas no puede ser una casualidad. Está claro que su destino es el espacio humano.
¿Qué ocurrirá cuando lleguen? A juzgar por su asombrosa producción de energía, podrían ser devastadoras para los sistemas habitados. Cada una de esas señales podría ser un proyectil de energía o la baliza de navegación de una fuerza desconocida. Otras sugerencias más extravagantes incluyen seres celestiales que escapan a nuestra comprensión o una tecnología interestelar desconocida. Nuestra intención es acotar pronto las opciones más probables.
Si se trata de distorsiones hiperespaciales causadas por naves no humanas, es posible que se desaceleren a medida que se acerquen. Sin embargo, la conclusión que podemos extraer es la siguiente: sean lo que sean, seguramente saben que estamos aquí».